Mascarilla casera de Yogur y Miel

Sé que parece que estoy desaparecida, pero no es así. Me encantaría dedicarle más tiempo al blog, pero por una cosa u otra no encuentro momentos a lo largo del día que me permitan sentarme tranquila y relajadamente a escribir una buena entrada.

Y no será por falta de temas de los que hablar, tengo pendientes muchísimas cosas que contaros, se me van acumulando las cosas interesantes de las que os quiero hablar y van apareciendo otras nuevas.

No sé cómo lo hacéis para publicar cada día, os envidio. Yo me puedo tirar hasta un par de horas para redactar cada entrada (a veces más), y entre hacer fotos y editarlas, la cosa se complica.

Además, tengo que visitar los blogs que sigo, aunque no siempre comente... 

En fin, toda una odisea, que por otro lado, ¡me encanta!

Al lío, que me enrollo mucho. Hace tiempo que quería hablaros de esta mascarilla, ya que, aparte de las propiedades y beneficios que os contaré a continuación, se trata de una mascarilla natural, barata, muy fácil de preparar y al alcance de cualquiera.

Teniendo en cuenta los tiempos que corren, no todo el mundo puede permitirse gastar su dinero en tratamientos de centros especializados o en comprar productos específicos. Pero no por ello debemos descuidar nuestra piel. Utilizar alimentos como aliados cosméticos está a la orden del día. Es una alternativa económica, sana y natural. ¿Por qué no probarlo?

Os propongo una mascarilla muy hidratante y nutritiva. Empieza a hacer frío y nuestro cutis se puede ver afectado. Aplicándonos esta mascarilla una o dos veces por semana notaréis cambios, os lo aseguro.

Necesitaremos un yogur natural (no azucarado) y un poco de miel (si es natural mejor que mejor).

Yo utilizo yogures de marca blanca y van estupendamente. Si tenéis opción de probar con un yogur artesano sería genial.

¿Por qué yogur? 

 Además de brindar beneficios nutricionales, el yogur también puede usarse como base de cremas caseras y mascarillas naturales aptas para todo tipo de pieles, especialmente para las secas y resecas. Contiene ácido láctico, que ayuda a retener la humedad en la piel, favorece su regeneración, calma los eccemas cutáneos y tiene propiedades exfoliantes enzimáticas.

Posee muchos agentes nutritivos y proteínas de acción desintoxicante. Tiene un efecto antibactericida, especialmente indicado para personas que sufren de acné, y contiene oligopéptidos, que realizan un efecto tensor en el cutis.

Además de beneficiar la hidratación del cutis y la eliminación de infecciones y arrugas, los bacilos de fermentación del yogurt conforman un importante auxiliar en procesos de cicatrización de la piel.

Todas estas propiedades hacen del yogur un componente muy utilizado en la preparación de varios tipos de mascarillas y cremas para la piel.

¿Por qué miel? 

 La miel ha sido usada desde hace miles de años en culturas como la egipcia y la griega por la gran cantidad de beneficios que aporta. Es uno de los productos más versátiles en cuanto a salud y belleza, y por ello es el ingrediente favorito en la elaboración de productos cosméticos como cremas, geles, jabones, champús, mascarillas, etc.

Tiene propiedades hidratantes, nutritivas y antioxidantes. Es antiséptica, antibacterial y antimicrobial.

La miel es una sustancia que elimina o suprime el crecimiento de bacterias perjudiciales tales como la infección bacteriana, que generalmente es la causa del acné.

Tiene un PH similar al de la piel y contiene encimas naturales cuya función consiste en eliminar las toxinas la piel, lo que les convierte en ingredientes estrella para desmaquillantes y jabones. Además, tiene la ventaja de aclarar y alisar la piel.

La miel blanca es la mejor para pieles sensibles y la miel negra para pieles grasas.

Las leches corporales y faciales a base de miel protegen la piel de la deshidratación. Por este motivo son muy recomendables en invierno, cuando la calefacción y el viento gélido resecan nuestra epidermis.

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Ahora que sabemos las increibles propiedades que nos aportan estos dos productos, ¡vamos a mezclarlos!

Para la mascarilla súper hidratante y nutritiva utilizaremos:

- tres cucharadas de yogur natural 

- dos cucharadas de miel. 

Removemos bien la mezcla y nos la aplicamos por todo el rostro y cuello. También me la echo en los labios, los deja muy suaves (no os la comáis, no caigáis en la tentación...jejeje).

Ojo, que pringa. Ese detalle se suele obviar en las recetas de mascarillas caseras, pero yo os aviso. 

A mí con esta cantidad me da para toda la cara y cuello. Lo aplico con una brochita del Mercadona, de las de echar el tinte (son muy baratas).

Dejamos actuar unos 20-25 minutinos y aclaramos con agua tibia. El resultado es espectacular, en serio.

Para aplicar ésta o cualquier mascarilla es necesario que nuestra piel esté limpia. Si además nos hemos exfoliado previamente la absorción de nutrientes y la limpieza de los poros será mayor.

Ya está aquí el fin de semana, tenéis tiempo para probarla y contarme los resultados. ¡Más barata y fácil imposible!

Espero que os haya gustado. Feliz fin de semana a tod@s!!!