Conociendo Rituals

Llevaba tiempo leyendo muy buenas opiniones sobre la marca de cosmética Rituals y ya era hora de que pudiera dar la mía propia. Para los que no la conozcáis os pongo en antecedentes. Rituals fue fundada en el año 2000 y fue la primera marca del mundo en combinar cosmética de lujo para el Hogar y el Cuerpo. 

La filosofía Rituals es simple: la felicidad puede encontrarse en los detalles más pequeños. Su gama de productos va desde el cuidado de cuerpo y cara hasta ropa de algodón, velas perfumadas, perfumes, maquillaje de piedras preciosas y té.

Todos los productos están inspirados en auténticos rituales orientales y NO TESTAN EN ANIMALES. Los productos han sido testados en humanos voluntarios.

Hace unos meses que abrieron una tienda Rituals en el centro de Oviedo, pero no entré a cotillear hasta la semana pasada (gran error no haberla conocido antes).

Me llamó la atención ver la cantidad de gente que habla sobre sus productos, así que aprovechando que se me había terminado el exfoliante corporal decidí comprobar por mí misma si las críticas positivas eran merecidas.

La dependienta, muy amable, me fue explicando las gamas que hay y los olores y componentes de  los productos que más me podían interesar. En la tienda hay un mueble-lavabo para probar por ti mismo algunos de ellos, y tengo que decir que fue toda una gozada para los sentidos. 

Después de mucho oler y probar, y probar y volver a oler... me decanté por la línea Hammam.

Un Hammam (Hammim), también conocido como baño árabe, baño turco o hamam, es una modalidad de baño de vapor que incluye limpiar el cuerpo y relajarse. Se trata de una tradición milenaria que los romanos ya practicaban por sus beneficios para la salud física y mental. 

El cuerpo se va acostumbrando al calor húmedo y perfumado de eucalipto, los poros de la piel se abren, se liberan tensiones y es entonces cuando se lleva a cabo la exfoliación hammam con un guante especialmente diseñado para ello.

Toda una experiencia que aquellos que la prueban no dudan en recomendar. La piel queda suave e hidratada como nunca. Jo, ¡quiero ir a Marruecos y visitar un Hammam!

Pero ahora mismo no puedo, así que me conformaré con la bañera de mi casa y estas dos maravillas que me auto regalé:

• Hammam Olive Secret, pasta de ducha ultrahidratante que limpia y nutre la piel.
• Hammam Hot Scrub, exfoliante corporal con efecto purificante.

Lo primero que tengo que deciros es que no son productos baratos, aunque tampoco creo que sea un lujo que no nos podamos permitir. No es algo para usar todos los días, sino para darnos un pequeño capricho de vez en cuando. 

Nunca había oído hablar de la pasta de ducha. La probé en mi mano y pensé "la quiero". Tiene una textura parecida al gel, pero más espesa. ¿Pasta de dientes, quizá? No sabría explicaros. Hay que probarlas.

La pasta de ducha Hammam Olive Secret se aplica una vez nos hemos mojado con agua caliente. Se extiende por todo el cuerpo y queda blanca, como si de una crema se tratase. Aunque no lo parezca, esta pasta limpia profundamente nuestra piel a la vez que la hidrata, por lo que es perfecta para antes de la exfoliación. No se aclara.

Tiene un olor peculiar que no sé describiros. Huele agradable, pero no es un olor afrutado, ni floral. No sé, me recuerda a algo que aún no he conseguido adivinar.

El bote trae 150 ml y me costó 5,10 euros porque estaba en promoción. El precio habitual es de 8,50 euros.

Se puede usar sin el exfoliante, como si fuera jabón o gel. Se aclara y la piel queda limpia y nutrida.

El exfoliante Hammam Hot Scrub lleva sal marina pura, jengibre y eucalipto. Solo con destapar el bote el olor ya es refrescante y relajante a la vez. Huele a eucalipto.

El envase contiene 250 gr y cuesta 15,50 euros. Dura bastante, porque con poco que cojamos tenemos para todo el cuerpo. Además, al haber aplicado previamente la pasta de ducha se adhiere muy bien a la piel, haciendo que la exfoliación sea más placentera. Con el calor del baño y el vapor del agua caliente se intensifica el olor a eucalipto. Un mini Hammam en casa...mmmmm...

Una vez nos hemos exfoliado aclararemos con agua tibia. Os puedo asegurar que la sensación que queda en la piel es una maravilla. Suave suave, como la seda y muy hidratada. No hay necesidad de aplicar cremas ni lociones. Además, deja un olor muy agradable. 

Obviamente, se pueden usar estos dos productos por separado. A mí me lo recomendó utilizar así la chica de la tienda, y acertó de pleno porque me encanta, y así os lo recomiendo yo también que lo probéis.

Y este es mi nuevo ritual de Rituals, ideal para cuando llegas a casa hecho polvo del trabajo, estresado por los exámenes o simplemente, para disfrutar de un baño relajante y aromático que alivie la fatiga y nos eleve el estado de ánimo al instante. 

En serio, probadlo. ;)