Ortodoncia en adultos

Y os preguntaréis que a qué viene esta entrada... Pues eso, que llevo aparato. Y tan feliz que estoy con él.

Cada vez se ven más casos de personas adultas que deciden arreglar sus dientes, bien por salud, bien por estética, predominando más éste último. En mi caso es una mezcla de ambos.

He decidido crear esta entrada después de visitar varios foros y comprobar que aún existe mucho miedo y desconocimiento al respecto.

¿Es posible ponerse ortodoncia en la edad adulta y no morir en el intento? Pues si, es posible.

Para empezar, deciros que llevo ortodoncia fija desde mediados de junio. De momento solo en la parte de arriba, y el martes que viene me colocan definitivamente el inferior.

¿Por qué ahora a punto de cumplir los 28 años? Pues no lo sé. Cuando era adolescente no pensé que pudiera necesitarlo realmente. Después, tras diagnosticarme migrañas, me dijeron que tener una mala mordida podría ser una causa de las mismas, y empecé a replanteármelo. Cuando estaba estudiando la carrera pensaba que sería doloroso y molesto y no podría concentrarme, así que lo volví a descartar. Mientras preparé las oposiciones, más de lo mismo. Y este año, un buen día, me miré al espejo y me dije: ahora o nunca.

De siempre me han comentado los dentistas que debería ponerme aparato, ya que tengo apiñamiento en los dientes inferiores, diastema en los superiores (osease, los paletos separados), sonrisa gingival (se me ve un poco la encía al reírme) y un colmillo aventurero que decidió subir libremente encía arriba abandonando al resto de sus compañeros.
A lo mejor estáis pensando que soy un monstruo, pero no, tranqui@s, tampoco es para tanto. No doy miedo ni me mira la gente por la calle, pero pocas fotos habrá mías donde se me vea sonriendo con la piñata al descubierto. 

A pesar de ello, tengo la boca muy sana y los dientes blancos. Tan solo me han hecho un empaste en mi vida y lo más "grave" que me han hecho fue sacarme una muela del juicio (qué dolor tan horrible...). Pero los dientes no están como deberían estar y no hay nada que yo pueda hacer para cambiar eso. Así que, tras consultarlo con el dentista, la solución fue la que yo me temía: brackets arriba y abajo.

En la parte de arriba llevo brackets estéticos o invisibles. Esto quiere decir que no son los típicos metálicos de toda la vida, sino que son blancos y apenas se ven.

Yo llevo los de arriba, con el arco en metal. La princesa Leti, como es más moderna, lleva todo transparente.

Ahora la pregunta del millón: ¿duele?

Pues no. Nada. Molesta los dos primeros días, básicamente porque tienes que acostumbrarte a ello y notas un poco de sensibilidad dental. Tus dientes están empezando a moverse, y por eso se siente una cierta tensión, nada más.

Una vez al mes aproximadamente hay que acudir al dentista a cambiar las gomas y el arco en caso de ser necesario (de momento solo me lo han cambiado dos veces). A veces cuando me ponen las gomas nuevas me duele un poquito, pero son segundos. Después de esta visita tienes durante un par de días esa molestia de nuevo, tus dientes están sensibles, y algo tan tonto como por ejemplo morder un trocín de pan, se vuelve un suplicio. Nunca he tomado nada para el dolor, salvo el día que me lo pusieron por primera vez, por lo que no considero que sea un dolor insoportable.

Lo peor de todo para mí está siendo la limpieza. En cuanto como cualquier cosa tengo que ir inmediatamente al baño a lavarme los dientes. La comida se queda enganchada por cualquier lado y es bastante desagradable, sobre todo si sales a comer fuera. Por esta razón siempre llevo en mi bolso un neceser con lo básico: cepillo, pasta, enguaje bucal, cepillo interproximal, seda y cera.

Os sorprendería ver la cantidad de veces que me han mirado raro en baños públicos porque me estaba lavando los dientes. Mil veces me han dado ganas de girarme y gritar: ¡PERDÓNEME SEÑORA, LA RARA ES USTED¡

Hay ciertos alimentos que intento evitar si como fuera de casa, porque son (hablando mal) una guarrería para limpiar después. Las espinacas las tengo sentenciadas de por vida. El día que las comí se me quedaron enganchadas por todos los brackets, haciendo puenting por el arco y enredadas entre ellas (siento ser tan explícita). Un horror cuando me vi en el espejo...

También es recomendable no comer cosas muy duras tipo frutos secos, patatas fritas o gominolas y chicles. Bueno, esto es algo relativo. Los chicles es cierto que los he abandonado, porque me da miedo que se me quede un bracket pegado al chicle. El tema de los frutos secos ya es otra cosa...
(mientras redacto esta entrada me estoy zampando un buen puñado de castañas asadas :))

He decidido crear esta sección nueva en mi blog porque creo que puede servir para orientar a muchas personas que aún no se deciden o que tienen dudas y no saben a dónde acudir.

Más adelante iré haciendo otras entradas sobre cómo evolucionan mis dientes, el tratamiento completo que se me está realizando, algunos productos de higiene y cuidado que voy probando, etc. También subiré fotos.

Si os surge alguna duda no dudéis en preguntarme, bien a través del blog o de mi correo electrónico, estaré encantada de ayudaros y orientaros en todo lo que pueda.

¿Alguna recomendación o sugerencia?

¡Buena tarde de domingo!